Proponen herramientas educativas para niñas y niños de madres reclusas
- Alumnas de la Universidad de Monterrey crearon Mami te cuida, un programa para madres recluidas en el Centro de Reinserción Social Femenil, en Escobedo, con el que favorezca el desarrollo óptimo de su hijo o hija durante el tiempo que permanezca con ella.
En México, existe una población vulnerable cuya primera infancia (de cero a tres años) está comprometida por la experiencia de vivir en un centro penitenciario.
Por ello, con el propósito de diseñar un programa de estimulación oportuna de la primera infancia para madres privadas de su libertad del Centro de Reinserción Social Femenil en el municipio de Escobedo, se creó Mami te cuida, una herramienta para la madre con la que pueda favorecer el desarrollo óptimo de su hijo o hija durante el tiempo que permanezca con ella.
Este Proyecto de Evaluación Final fue realizado por las alumnas Andrea Paola Ríos Suárez y Andrea Carolina Nieto Córdova, de la Licenciatura en Psicopedagogía, y Mariana Romero Matamala, de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, para graduarse de sus respectivos programas académicos en la Universidad de Monterrey, el pasado semestre Otoño 2020.
De acuerdo con las alumnas, el programa se compone de un conjunto de sesiones presenciales basadas en la teoría de aprendizaje experiencial para la adquisición y práctica de conocimientos básicos, sobre el desarrollo infantil, así como de un cuadernillo complementario que abarca los primeros tres años de vida del niño o la niña.
Mami te cuida fue diseñado a partir del análisis exhaustivo de las teorías del desarrollo humano de la primera infancia, investigación de los contextos penitenciarios, entrevistas a profundidad dirigidas a expertos del tema y comparativas de las mejores prácticas existentes.
Para la elaboración del programa, las alumnas se fundamentaron en la metodología de Diseño Instruccional ADDIE, en conjunto con el formato de diseño inverso.
Andrea Ríos afirmó que todas las madres que están en encierro saben y reconocen su situación, y que no es lo mejor tener a hijas e hijos dentro de una prisión, “todas tienen ganas de hacer algo por los niños, pero no tienen las herramientas”.
“Algo que nos partía el alma es que los niñitos se refieren a las madres por su apellido, como lo hacen los funcionarios”, narró la alumna, “los juegos de los niños tienden a ser muy carcelarios, el que se porta mal y el que se porta bien: es una infancia muy diferente”.
La ahora Licenciada en Psicopedagogía indicó que el programa se aplicó durante el mes de enero, pero la intención es regresar en marzo para dar seguimiento a quienes lo aplicaron para resolver las dudas y capacitar a las nuevas usuarias.
Queremos crear el sentido de maternidad colectiva, que haya unión entre ellas en el tema de sus bebés”, expresó.
Con base en datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, citados en el estudio de las alumnas, el Estado de Nuevo León se posiciona en el tercer lugar con mayor número de niñas y niños que cohabitan con sus madres en centros penitenciarios a nivel nacional.
Según la investigación académica, en la penitenciaría de Escobedo, no existe ningún programa de educación temprana, lo que significa que los requisitos básicos para su desarrollo óptimo e integral no están siendo garantizados, aun cuando la ley así lo establece.
Las alumnas aclararon que no existe evidencia suficiente sobre el crecimiento y desarrollo de niñas y niños de este grupo vulnerable, pero que se ha encontrado que la falta de estimulación oportuna desencadena en ellos, dificultades psicológicas, menor desempeño cognitivo y desórdenes en el ámbito socioemocional, así como cuestiones físicas como problemas motores y sensoriales.
Las estudiantes pudieron constatar que algunas y algunos niños de madres reclusas padecen de problemas en sus sentidos, por ejemplo, de la vista o del oído, según Andrea, debido a su situación de encierro o por la escasa luz que incide en la celda, lo que deriva en problemas de aprendizaje o habilidades sociales cuando crecen.
La investigación concluye que este programa puede ser generalizado a otras instituciones que trabajen con este colectivo, porque está diseñado específicamente para la población infantil que vive con sus madres, considera los recursos con los que disponen y está adaptado al nivel educativo de ellas.
“Queremos formalizar el nombre, sacar una patente o una marca, después queremos implementarlo en modalidad presencial, evaluarlo, hacer las modificaciones pertinentes en el cuadernillo o los materiales, ir viendo qué falta o sobra y, posteriormente, incluir otro tipo de profesionales para agregar otras temáticas importantes como crianza; por último, sería expandirlo lo más que se pueda a otros niños, otros centros y otras personas”, explicó.
APRENDER Y SERVIR A LOS DEMÁS
Las alumnas reflexionaron no solo sobre la investigación, sino sobre sus aprendizajes y su formación en la UDEM, como Andrea Nieto, quien estableció que, sin duda alguna, la UDEM ha sido un pilar fundamental en su formación profesional, porque se desarrolló en un ambiente de aprendizaje en el servicio que le enseñó a poner sus capacidades y conocimientos para aportar algo positivo a quien lo necesite sin importar el contexto en el que se encuentre.
“Así, pues, la UDEM inspira mi mejor versión demostrándome que siempre es bueno mirar desde una perspectiva integral, entendiendo que trascender sí es posible cuando se tiene el compromiso de servir a los demás”, expuso.
Por su parte, Andrea Ríos comentó que estudia en la UDEM desde la Prepa y desde entonces siempre se ha preocupado por ella, tanto maestros como compañeros de estudios, quienes conocen a cada estudiante, sus fortalezas y debilidades.
Siempre nos dicen: estás trabajando con seres humanos… y sabes que puedes hacer la diferencia en una persona, puedes hacer que le vaya increíble en su vida y ese cambio que necesita; siento el compromiso de que ya salí y me toca preocuparme por alguien más”, indicó.
Su otra compañera, Mariana Romero, comentó que la UDEM ha sido fundamental en mi preparación profesional y personal.
“Me siento muy contenta de haber sido parte de esta comunidad tan humanista y que te acoge sin dudarlo; los docentes y la comunidad UDEM te inspiran a ir más allá de tus capacidades y ayudar a quienes más lo necesitan, sobre todo a estar convencida que la ayuda que otorgues contribuye hacer una mejor sociedad, un mejor país”, destacó.
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