Convoca Eugenio Caballero a “creer en lo que se hace”
En sus inicios, Eugenio Caballero ni siquiera se imaginaba ganar un Óscar, solo pensaba en cómo resolver los problemas creativos de cada cortometraje o video musical que tuviera a su cargo, según comentó a estudiantes de la Universidad de Monterrey.
“Cuando tenía su edad, 20 o 21 años, jamás pensé que 10 años después iba a estar ganando un Óscar, ni siquiera me pasó por la cabeza, era imposible; en esa época, se hacían seis películas al año en México, verdaderamente, hacer cine era un acto de fe”, relató.
“A mí me pasó así: hacer lo que tienes que hacer en el momento y creer en lo que estás haciendo”, manifestó.
El director de arte tuvo un encuentro con estudiantes de los programas académicos de la Licenciatura en Producción Cinematográfica Digital y Licenciatura en Ciencias de la Información y la Comunicación, dentro de las actividades del Festival Internacional de Cine de Monterrey.
El diálogo -El arte de crear mundos- con el cineasta mexicano, moderado por Juan Manuel González Fernández, director del Departamento de Ciencias de la Información de la UDEM, se desarrolló esta mañana en la Sala de Eventos del Centro de la Comunidad Universitaria.
Eugenio Caballero es ganador del Óscar y director de arte de películas como Roma, El laberinto del fauno y Un monstruo viene a verme. “Cada película tiene un mundo que funciona única y específicamente para esa película, el mundo puede ser muy parecido a la realidad, pero en el momento en que tú seleccionas un trozo de aquí y otro trozo de allá y los juntas se convierte en una especie de conjunto en el que las reglas cambian”, estableció.
El concepto de Caballero es que el aspecto visual de una película debe basarse en la historia que narra, no en lo decorativo. “La dirección de arte no es una disciplina estética, sino narrativa, es decir, yo estoy para contar historias con mis herramientas: el color, la forma, la textura (…); y con esas herramientas puedes provocar un montón de emociones”, sostuvo.
Durante su plática, Caballero definió que el director de arte se encarga de todo lo que se ve en la pantalla que no es el trabajo de los actores, y es el concepto visual de una película.
“El diseñador de producción hace las cosas que se pueden tocar (…), y el fotógrafo se encarga de lo que está en la pantalla que no se puede tocar, como la luz y el encuadre, que son intangibles (…); los dos dialogan con la visión del director para crear todo este mundo visual que tienen las películas”, explicó.
El cineasta narró que, en su metodología de trabajo, le gusta leer temas relacionados con la historia y se inclina por la investigación, “empiezo a perseguir ciertas ideas, a través de lecturas, de imágenes, pero, sobre todo, lo que hago, no sabría explicar bien cómo, es que abro mis sentidos y si vas caminando por la calle sientes que hay cosas que te pueden ayudar”.
“Y, de ahí, parto a dialogar con los involucrados: el primero es el director, aunque también tengo mucho diálogo con el productor, tengo que entender qué tamaño tiene el proyecto para poder hacer una propuesta que de alguna manera sea factible”, expuso.
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