Crean museo virtual con causa social

Cada persona tiene una idea y un concepto sobre lo que significa “hogar” a través de sus recuerdos y sus deseos.

Buscando explorar esto desde la perspectiva de mujeres migrantes, un equipo de estudiantes internacionales e interdisciplinario realizaron el primer museo de realidad virtual para la mujer migrante llamado “Being there”.

“Nace desde la intención de brindar una herramienta de apoyo al albergue Lamentos Escuchados que se dedica a dar techo y comida a mujeres migrantes en Monterrey. Buscamos crear una experiencia que compara y contrasta el espacio actual del albergue con lo que las mujeres consideran el ideal de un hogar”, aseguró Romina Camacho, alumna de la Universidad de Monterrey que participa en el proyecto.

La estudiante de la licenciatura en Estudios Humanísticos y Sociales, señaló que lo que más le llamó la atención fue la tecnología que aplicó al proyecto, trabajar con personas con vivencias diferentes y el reto de salir de su zona de confort, junto con Shady Mohamed, de Ciencias de la Información y Comunicación, y estudiantes de Animación, Diseño de Interiores, entre otros.

Para Romina, las humanidades deben ser un eje transversal en cualquier tipo de proyecto, y es importante tener una o dos mentes que piensen desde esta perspectiva, y cuestionen o apoyen el desarrollo desde puntos de vista a veces olvidados.

“Otra labor importante es el análisis de las entrevistas y la información que se obtiene, pasa por distintas lecturas, que luego deben convertirse en formato para incluirlas en la experiencia del museo. Estos son trabajos que se han hecho combinando diferentes perspectivas y formaciones, lo que a mi parecer le dan una riqueza especial al proyecto”, afirmó.

Carácter interdisciplinario, el distintivo del proyecto

Aunque cada quien tiene su manera de trabajar, durante el desarrollo del museo, los integrantes aprendieron sobre programas y herramientas usadas por estudiantes de animación y diseño, lo que ayudó a la comunicación, la empatía y, en opinión de Romina, “dejó claros los medios y límites en los cuales podíamos trabajar” y sacar el mayor provecho.

Uno de los retos personales, y una razón que me hizo querer ser parte del proyecto, es la delicadeza que requiere trabajar con un grupo de minoría y que éste fuera parte protagónica en la creación del museo que, además, juega en la realidad virtual".

“Creo que son componentes que por sí solos tienen muchas implicaciones, que requieren de atención y cuidado, y que poco se han explorado, por lo que juntarlas resulta aún más llamativo”, comentó la estudiante de 8.º semestre.

A partir de la contingencia sanitaria por el Covid-19, el proyecto se puso en pausa e hizo que se rediseñaran varias fases.

“Por lo pronto estamos por comenzar una investigación académica desde la información que hemos recabado. También se están buscando plataformas y espacios que le den al proyecto mayor difusión, pensando en cómo podemos llevarlo a la difusión presencial y digital, para que estos momentos de confinamiento no frenen el progreso logrado hasta ahora”, finalizó Romina.